Vistas de página en total

martes, 30 de agosto de 2011

A tí, Mari

Mi padre a menudo me dice que hoy nos quejamos de vicio. Que antes no había nada, y también eran felices. ¿Que no había nada? Nada ¿de qué? De cosas materiales supongo, porque había algo que hoy poco a poco se va perdiendo. El trabajo, el compromiso, el esfuerzo, el sacrificio, la ilusión…

Hace ya unos cuantos de años, (no sé por qué cada vez que rememoramos algo, hace ya mucho, mucho tiempo), recuerdo perfectamente, cómo dijeron en las noticias que en el año 2000 todo el mundo iría con un teléfono a cuestas, y yo pensé “sí, claro, y los coches irán volando… están todos locos…” Y ahora hago una reflexión profunda: ¿podríamos vivir sin móvil?, ¿podemos vivir sin internet?, ¿y sin ordenador?, ¿podríamos vivir sin coche?, ¿y sin salir de fiesta cada dos por tres?, ¿o sin ir a cenar fuera o ir de vacaciones?, ¿o sin comprar ropa?, ¿o sin televisión? ¿Seríamos capaces de ser felices sin tener todas esas cosas que tenemos y de las que mi padre (por ejemplo) prescindía?

Y ahora, aquí tumbada en la cama, bajo el techo de mis progenitores, con treinta y dos años, en paro, sin un duro, sin que me pertenezcan ni las bragas que llevo puestas, sólo con la certeza de tener como única propiedad un futuro incierto, me pregunto: ¿Qué hemos ganado en este Estado del bienestar? ¿Sólo hemos conseguido ser esclavos de cosas prescindibles?

O todo o nada

Esta última semana, fabulosa y fatal, de fiesta y desenfreno, he tenido ideas geniales. Algunas realmente explosivas, para engrosar mi blog, que estaba padeciendo monotonía estática. Versiones sobre la realidad vista desde distintos puntos de vista sobre lo que he visto, lo que he vivido, lo que me han contado y lo que me he inventado… Desgraciadamente no he salido por ahí con un lápiz y un papel para apuntar todas estas impresiones fugaces en el tiempo, como en otras ocasiones. No quería parecer una pirada, maniática y freaky (que es lo que soy), y los efectos del alcohol han actuado en mi cerebro, destruyendo toda partícula de idea que tenía preconcebida, guisada y lista para servir caliente… Intentaré, no obstante, seguir esforzando mi mente para intentar recuperar alguna de aquellas ideas que me parecieron fascinantes.

Ahora sólo se me viene a la cabeza una última reflexión:
• Llevas un año en paro, buscando en vano, cualquier tipo de trabajo, sin escrúpulos ni tonterías… y cuando por fin encuentras uno, te llaman de dos o tres sitios más, y no sabes cual elegir.
• Pasas diez meses sin comerte una rosquilla, vamos, que no ligas ni pagando, y de repente, como por arte de magia, tienes una semana extraña que es todo un festín para tus partes íntimas.
• Durante dos meses no sales de marcha, por unas cosas o por otras… y un día sales en plan tranqui y la lías parda, como en un intento de recuperar todo el periodo de clausura anterior.
Creo que Dios necesita un ayudante, una especie de secretaria polivalente, que le organice la agenda, para que dosifique las experiencias vitales que nos manda a los pobres seres humanos, abatidos y desquiciados con la casual eventualidad de los aconteceres de nuestras vidas.

lunes, 29 de agosto de 2011

Game Over

No me gustan los videojuegos, quizás sea porque recrean muy bien la vida real. Yo vivo en uno.

Me encuentro en una habitación oscura, vacía, llena de puertas cerradas. Alguna de ellas ya las he abierto, y no me han llevado a buen puerto…

Otras he tratado de abrirlas, pero por mucho que lo he intentado, con todas mis fuerzas, hacia un lado, hacia el otro, no ha habido manera de traspasarla. No sé qué habrá al otro lado…

He gastado mucho tiempo en esta especie de hall con puertas. He perdido dos vidas. Ahora ya sólo me queda una y el tiempo sigue corriendo. Hay puertas que aun no he intentado abrir, porque me da miedo saber qué puede haber tras ellas. Las vidas que he perdido me han dado la experiencia y la sabiduría suficiente para creer que hay que andar con cuidado ante estas otras puertas desconocidas. Ya no me fío ni de mi sombra…

El árbol que antes me daba cobijo, murió fulminado por un rayo inesperado, un hermoso día de sol apacible y brisa fresca.

Quien bien me quería me hizo llorar, y he dejado de madrugar desde que Dios no me ayuda…

He visto las barbas del vecino recortar, y ahora espero mi momento, con las mías en remojo.

Sólo me queda una vida y aún no he conseguido pasar de la primera fase del juego.

El tiempo se agota. Cojo fuerte el pomo de una puerta al azar, empujo con decisión…

GAME OVER

domingo, 21 de agosto de 2011

Cerrado por vacaciones

No puedo más con este aburrimiento. Ayer, un sábado cualquiera de un agosto cualquiera, mientras los demás están de boda, o de vacaciones en Cádiz, o de fiesta en cualquier otra parte de España, estaba yo en el patio de mi casa, tomando a medias con mi madre una Sin que quedaba trasconejada en la nevera tras el expolio, jugando con ella al Romikú, con un in-crechente dolor de cabeza, causado por jugar a las vez las fichas mías y las de mi madre, que tras veinte partidas, todavía no se enteraba cómo iba el juego, para encima perder todas las partidas, con el mal perder que tengo yo…

No puedo más con este dejar que pase el tiempo. Me voy.

Me voy a la ciudad del vicio, la perversión y el pecado.
Donde las noches son eternas y no acaban aunque haga sol,
porque siempre hay gente, fiesta y rock and roll.

Me voy de juerga y cachondeo,
hasta que mi cuerpo aguante,
a bailar en la charanga,
a empalmar hasta el desfase
y reír hasta que empache.

Me voy donde nadie duerme,
donde todos cantan canciones de hace tiempo,
y la amapola se convierte en el himno del pueblo.
Donde siempre hay amigos
en cualquier rincón escondido.
Donde musita mi medio limón.
Donde al frío le aguarda el calor…

No me espereis, que estaré perdida,
entre masas poseídas por la alegría.

Volveré contagiada de la emoción
del que empieza en cada momento su rutina.
Prometo volver renovada, libre, con las ideas claras.

No me espereis esta semana.
Estaré perdida en el bullicio y el jaleo
que tiene la gente de mi Romeo.

sábado, 20 de agosto de 2011

Peleando con los días

No tengo fuerzas, ni miedos,
Para seguir siempre huyendo.
No hay agua en el río,
No quedan sentimientos.

La lluvia no llega, no llega el viento,
No queda la brisa de aquellos recuerdos.

Mi casa está en ruinas, rotos están los espejos.
No queda comida, ni mantas, ni fuego…

Y el sol que acaricia el cristal de adentro,
No cubre mis ojos, llenos de invierno.

El olor de la estancia es todo misterio,
Y tu ausencia, un vacío de amor añejo.

Muero y resucito, en mi caverna de acero,
Grito a los muros y me responde el eco.

La soledad es infinita cuando de gente me rodeo.
Ni el reflejo de mi estampa, acompaña al consuelo.

jueves, 18 de agosto de 2011

Os equivocais

Os equivocáis. Ni somos tontos, ni nos da igual lo que ocurre en estos tiempos, ni carecemos de sentimientos. Os equivocáis. Ni el planeta se está muriendo, ni todo va mal, ni el mundo está enfermo. Os equivocáis. Ni somos egoístas, ni ambiciosos, ni cómodos aburguesados. Sólo somos una generación de idealistas, que hemos tropezado con la realidad que nos habéis dejado, vosotros, que todo lo habéis hecho tan bien… Una generación desilusionada que sólo pretende cambiar las cosas.

Nos preocupa el medio ambiente, más que a nadie antes. Nos inquieta la política, como nunca. Nos emociona hasta la muerte que España gane un mundial. Es precisamente la selección de esta generación la que ha tenido cojones de ganarlo… Nos interesa la economía y el trabajo. Nos afecta la familia, más que a vosotros. Nos indigna la situación de los menos favorecidos. Nos gusta aprender cada día algo nuevo.

No machaquéis más a la juventud de hoy. Sólo tratamos de sobrevivir mejorando la mierda de mundo que hemos heredado, viciado, corrupto, podrido y estancado. Por eso yo hoy, desde mi pequeña ventana al planeta, quiero agradecer a los millones de personas buenas que hay ahí fuera, que sin tener que ir a una concentración de “correctos ciudadanos”, ni pertenecer a ninguna congregación religiosa, para diferenciarse del resto, hacen, sin hacer ruido, sin ser vistos, un trabajo excelente día a día, como personas:

• A todos los que alguna vez han perdonado e incluso han puesto la otra mejilla.
• A todos los que han ofrecido su hombro a un amigo.
• A todos los que se perdieron algo, porque alguien les pidió que se quedaran y ellos se quedaron.
• A todos los que dieron, sin pedir ni esperar nada a cambio.
• A todos los que han hecho algo por alguien y no se lo han dicho nunca a nadie.
• A quienes contestan con una sonrisa.
• A quienes aman sin compromiso.
• A quienes hacen reír.
• A quienes inventan una mentira, porque la verdad es demasiado dolorosa.
• A todos los que su simple existencia hace la vida más fácil a otro…

GRACIAS!!! Sois la mejor generación que ha tenido nunca este país.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Dos segundos para cambiar tu vida

Hay días que parecen idénticos al anterior, y al otro, y al otro… Hay veces que el tedio y el hastío corrompen nuestra sensibilidad, sin saber que, quizás esos días de monotonía apabullante, puedan ser los mejores días de nuestras inútiles vidas.

En cambio hay otros días que, un pequeño acontecimiento, una acción realizable apenas en unos cuantos segundos, cambian las perspectivas del día anterior, las prioridades y los sentimientos, y nuestra vida se convierte en un collage de segundos importantes donde, de alguna manera, cambiamos para siempre: el momento en que sabemos la última nota para acabar la carrera, el momento en que firmas un contrato de trabajo, o una hipoteca, los segundos que trascurren cuando te haces un test de embarazo, los dos segundos que pasan hasta que dices sí quiero… Retazos de segundos importantes, envueltos en un montón de horas y días en los que no pasa absolutamente nada, y no recordaremos en la posteridad, y se convierten en los momentos en los que nos quejamos de nuestra mala suerte, esperando ansiosos que lleguen esos pocos segundos que lo cambiarán todo.

Hay decisiones que son difíciles de tomar, porque su elección no da opción a volver atrás en el tiempo. Estas decisiones son las peores, porque hemos de tomarlas solos, y, de esta manera, vencer o claudicar en soledad.

Ayer fue uno de esos días, idéntico a los anteriores, que puede cambiar mis perspectivas de la vida. Los tres segundos que gasté de los 86.400 segundos que tiene el día, en firmar un retazo de papel, quizás cambien las penas y agonías que ahora me agobian. También puede suceder que no cambie nada. Todo está por ver…

¡Que Dios nos pille confesados!

martes, 16 de agosto de 2011

Ironías de la vida

¿Por qué las cosas se pierden justo en el momento en el que las necesitas, y cuando no, no haces más que tropezarte con ellas?

¿Por qué cuando esperas algo impaciente, no llega hasta que no te enciendes un cigarrillo, o te haces pis justo en ese momento, y no te puedes contener?

¿Por qué cuando estás en casa te recoges el pelo para estar más cómoda, y te sale un moño cojonudo, y después vas a hacértelo para salir y no te sale?

¿Por qué siempre te sale un herpes el día de una cita importante, o un orzuelo, o un grano asqueroso en toda la frente?

¿Por qué cuanto más deseas dejar de fumar, más fumas?

¿Por qué llueve cuando necesitas que haga sol y hace un calor insoportable cuando necesitas frío?

¿Por qué cuando tienes que estar quieto te pica todo el cuerpo?

¿Por qué cuando por fin te decides a comprarte esos zapatos que llevas admirando un mes en el escaparate, justo se acaban de llevar los últimos de tu número?

¿Por qué cuando haces una paella para invitados no te sale nunca tan bien como cuando la haces en casa para ti?

¿Por qué, tú que siempre has sido tan puntual, todo se pone de acuerdo en el universo para que, ese día tan importante, llegues tarde a tu destino?

¿Por qué cuando realizas un trabajo con esmero, una sorpresa, un proyecto…, justo cuando lo acabas se te ocurre una idea que hubiese sido mucho mejor que la que ya has hecho?

¿Por qué cuando estás organizando un evento, se te olvida invitar a la persona más conflictiva, la única con la que vas a tener problemas por no haberla invitado?

¿Se me hace a mí o el destino es un puñetero tocapelotas?

lunes, 15 de agosto de 2011

Se acabó lo bueno... !ahora queda lo mejor!

Qué grande las fiestas de los pueblos, los reencuentros, los fuegos artificiales, las orquestas malas, las calles llenas, los farolillos, los botellones multitudinarios, las mujeres con sus mejores galas y las peluquerías hasta la bandera. Me encanta ver cómo se engalanan los pueblos para sus fiestas patronales y cómo se llenan las plazas...

Por desgracia, la fiesta ha terminado, al menos para mí, y mi cuerpecito cansado me pedía a gritos un relax profundo y continuado, que no tenemos ya edad para tanto mambo. Así que, aquí, con mi ronquera crónica, mi malestar general y mi dolor de cabeza resacoso me despido hasta la siguiente.

Felicidades Virginia y Dani, espero os haya gustado la sorpresa, nosotros nos lo hemos pasado genial preparándola y mucho más disfrutándola...

Vuelta a la rutina, se va acabando el verano y comienza la ardua labor de buscar trabajo. Si alguien necesita una inagotable trabajadora, guapa, simpática, limpia y eficaz, deseosa de ser explotada por un sueldo más que miserable, no duden en llamarme, estaré encantada de aceptar el puesto.

No aceptaré, sin embargo, un puesto de responsabilidad, cualificado ni bien remunerado, porque no tengo experiencia en desempeñar esa clase de empleo...

Mañana firmo el contrato más importante de mi vida (manda huevos que me tenga que costar dinero, pero así está el mundo...) A partir de Octubre o Noviembre, que estará el libro a la venta, disponible, no sé seguro todavía dónde..., podremos saber si, una vez más en mi vida, me he equivocado, o he tomado la decisión correcta. Yo creo que ya me toca, ¿no?

viernes, 12 de agosto de 2011

Disculpas

Bueno, por fin es viernes. Viernes de esta semana interminable de agosto. Va a llegar el momento que hemos estado preparando minuciosamente y, gracias a Zeus, todo está ya dispuesto según lo previsto.

Tengo que pedir disculpas a todos los que sé que seguís este blog, y a los que no conozco también, por la falta de dedicación que le he otorgado esta semana imparable, pero, cuando tienes que gastar el poco ingenio con el que cuentas, en otros menesteres, ya no te queda nada para derrochar en este, y me da mucha pena haber escrito entradas con tan poca sustancia, tantas prisas y tan poco corazón.

A partir del lunes podré volver a entregarme en cuerpo y alma a mi blog, a mi tercera novela, que la tengo abandonadita, a contestar a los comentarios, que aunque los leo, no he tenido tiempo de responder.

Tengo, una vez más, que agradeceros vuestra fidelidad. Os parecerá una tontería, pero en estos tiempos en los que nada sale según lo previsto, eso es una de las cosas que más feliz me hace. Vuestros comentarios, tanto en el blog, como en el facebook, me dan la vida que otras cosas menos agradable me van quitando.

Hoy mismo voy a firmar el contrato con la editorial. Para dentro de un par de meses tendremos el libro. Y ahora más que nunca, me cago de miedo al pensar la responsabilidad que, sin darme cuenta a penas, esto supone para mí. Os gustará, no os gustará, tendréis puestas muy altas vuestras expectativas, y luego va a resultar que no es para tanto, os decepcionará, me dejaréis de hablar... No sé, solo sé que me cago de miedo. Que os quiero devolver todo lo que me dais, y no sé si será suficiente.

jueves, 11 de agosto de 2011

Sinceridad, ¿a cualquier precio?

La sinceridad no es una virtud, es un signo de mala educación. Desde pequeños nos han enseñado a no ser sinceros. A decir lo correcto, no lo verdadero. A ser cordiales, sociables y falsos. Me rio de toda esta gente que te suelta una grosería en las narices, sin venir a cuento, escudados en una “sinceridad incontrolable”.

“Es que yo prefiero decir las cosas a la cara que a las espaldas”, dicen, y se quedan tan anchos…

“Perdona, tú lo que no tienes es ni pizca de educación”, me gustaría decirles a la cara, pero como yo tengo mucha educación, soy una mentirosa compulsiva y falsa. Y así me llevo bien con todo el mundo, que a nadie le importa mi verdadera opinión sobre cuestiones y gentes que no me van a dar de comer… Y como soy muy, pero que muy metepatas, prefiero callarme mientras otros hablan, hasta saber de que pie cojea la mesa.

No quiero parecerme a toda esta gente que no hablan, sino que escupen verdades como puños, a base del dolor ajeno.
No me llames falsa, llámame buena persona, no soporto ver sufrir a nadie, y si eso se puede evitar con palabras, que son gratis, pues bendita solución…

miércoles, 10 de agosto de 2011

Y es que hace tanta calor...

Ayer ví el telediario despues de mucho tiempo sin hacerlo. Quería saber qué se está cociendo en el mundo. Qué decepción. Lo cierto es que no me enteré de nada. Por lo visto Londres está patas arriba, por una cadena de vandalismo brutal callejero, pero no adiviné por qué se producía. Me jode ver cómo los medios de comunicación barajan la información a su antojo para influir en nuestro sentir.

Cuando llueve, como si hubiera caído el diluvio universal, si nieva, parece que no hubiesen visto nevar antes. En verano !!OLA de calor!!!, !Alerta roja! Pues claro, como toda la vida, en verano ha hecho mucha calor, sobre todo por el sur de nuestro magnífico país, y en invierno, por el norte nieva... Pero de toda la vida de Dios, que yo recuerde, que parece que hubiesen descubierto algo nuevo. Si llueve, malo, si no llueve, peor... y si los acontecimientos atmosféricos se mantienen en una regularidad apacible, entonces empiezan a dar por culo a los jóvenes... Yo recuerdo una época en la que constantemente estaban machacando con el tema del botellón y la problemática social que esto traía consigo. Ahora, de repente, ya no se habla de eso. Y no es que hayan dejado de existir, desde la ley anti- tabaco hay incluso más que antes, es sólo que ya no se habla de ello, no sé por qué... quizá sea porque hace mucha calor...

martes, 9 de agosto de 2011

Pastillas de ilusión

Con ilusión todo se consigue, pero ¿y sin ilusión?, ¿se pueden conseguir los sueños sin una pizca de ilusión?, ¿cómo se hace para recuperar la ilusión perdida?, ¿cómo para mantenerla?
Vivimos en una montaña rusa, tan deprisa estás arriba, a tope de adrenalina, pensando que te vas a comer el mundo, que, de repente, te encuentras abajo, hundido, humillado y es el mundo quien te come a ti.
Y es que, mi alrededor no invita a creer en la buena suerte, en las oportunidades… es por eso que he perdido la ilusión. Un castillo de arena se puede derrumbar con un golpe de viento violento, y empezar a construir el castillo desde el principio, sabiendo que, muy posiblemente, otro golpe de viento, o la alta marea, o la pelota de un niño travieso, que juega inocente en la playa, puede también derrumbarlo, cuesta mucho sacrificio. Y consigues ponerte manos a la obra, y comenzar de nuevo tu castillo con fortaleza, con torreones firmes y almenas gruesas, y lo proteges con un muro, y levantas una carpa, y solidifica los cimientos, y aún así, vuelve el temporal que destruirá lo que tanto te costó construir…
Ojalá vendiesen en la farmacia pastillas de ilusión, al igual que venden vitaminas o ginseng, para controlar los estados de ánimos. Quisiera tomar una pastilla de ilusión por las mañanas y empezar el día como si comenzase mi vida. Pero hasta que eso no se invente, seguiré levantándome, día tras día, reconcomiéndome por dentro por todos los errores cometidos, por mi racha de mala suerte, por las oportunidades perdidas y por todo lo que no he hecho.
El invierno es largo, la cuesta empinada y mi castillo frágil como una casa de naipes que se desvanece con el leve soplido de un niño…

lunes, 8 de agosto de 2011

Estamos solos

Un día todo será agua, todo será fuego, todo aire en un viento eterno.
Las cosas que nos dijimos, serán nuestro recuerdos, de los hechos y aconteceres, mejor no me acuerdo.
Un día, cuando no haya nada, estarán los sentimientos, de lo que pudo haber sido, y no fue por un momento.
Ese día y no otro, seremos más que felices, convertidas nuestras almas en un mar de arrecife.
Y ya no querré tu mirada, ni tus manos anhelantes,
Ni tu sonrisa loca en mi mundo delirante.
Ese día, y no otro, tendremos lo que merecemos, tendremos todo y nada en un país de ensueño.
Las injusticias y los llantos quedarán en el olvido,
Los clamores, las trompetas, las risas, el ruido…
Y no habrá enfados ni reproches, en un mundo vacío.
Estamos solos. Como antes, como siempre, solos y sin amigos.

domingo, 7 de agosto de 2011

La vida me puede

Hoy no suena música, sino rudo en mi cabeza.

El destino querrá que sea así mi vida. Y mientras que yo lo doy todo por los demás, no recibo más que decepciones, conflictos y problemas. Y mientras tanto, sigo en mis trece, queriendo pensar bien de todo el mundo, porque no llego a comprender la psicología ajena. No entiendo cómo hay gente que se esfuerza cada día en hacerse la vida un poco peor, y de camino, hacérsela a los demás también más difícil. ¿Nos acabaremos convirtiendo todos en unos seres egoístas y crueles?

Siempre pensé que el que bien actúa no tiene cargos de conciencia. No tiene que dar explicaciones, ni se mete en problemas absurdos. ¡Ojalá fuera todo tan sencillo! Y entonces… ¿cómo lo hacemos?, ¿Cómo debemos actuar?, ¿De quién nos podemos fiar?

Las palabras son tan débiles, tan insuficiente ante los hechos, que no hay manera de encontrar un juicio justo.

Aquí, desde mi edad floresciente, desde mi ignorancia bondadosa, desde mi desequilibrado bienestar… me pregunto ¿Cuándo dejaré de preguntarme por todas estas cosas?

Todo podría ser bien sencillo, y sin embargo… no lo es…

sábado, 6 de agosto de 2011

Radio Pili

Mi corazón está lleno de música. Es una emisora sólo música veinticuatro horas. A veces suena una rumba, otras veces una balada, otras un bolero y en ocasiones un puncarreo rayante de guitarra. No soy yo quien elijo el tema, sino que viene sólo a mi mente sorprendiendome a cada momento del tema elegido. No escojo la canción, tan siquiera puedo escoger el estilo... la música se adviene sóla, por arte de magia. No deja de sonar música en mi cabeza y deslizarse hacia todo el cuerpo, sin control racional de ello. Suena música en radio Pili y nadie la puede apagar.

Si ves que voy hablando sola por la calle, no estoy loca, sólo voy cantando la música que llevo dentro.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Lo que nunca viviremos

Ayer fui a comprarme un libro. No suelo comprar best seller, porque siempre hay alguien que ya lo tiene y te lo deja. A mí me gusta comprar aquellos que están en la estantería clasificados, sin faja ni publicidad. Reconozco que me suele seducir, en primer lugar, el título, en segundo lugar la portada y por último el autor, aunque más de una vez he comprado un libro por el autor y después me ha decepcionado… Bueno, pues me puse a ojear todos aquellos cientos de libros “menos importantes” y no conseguía decidirme por ninguno. Entonces pensé: ¿Cuántos libros dejaremos de leer porque no nos ha seducido lo suficiente a la hora de elegirlo?, ¿Cuántos libros, en toda una vida, nos perderemos porque el título o la portada no sea atrayente, o el autor resulte un perfecto desconocido? ¿Cuántas canciones, que podrían convertirse en la canción de nuestra vida, no escucharemos jamás?, ¿Cuántos trabajos, que desempeñaríamos mejor que nadie, no tendremos nunca porque tan siquiera sabemos que existen?, ¿Cuántas personas interesantes no conoceremos?, ¿Cuántas películas maravillosas no veremos?, ¿en cuantos lugares sorprendentes nunca estaremos?,...

Y allí, frente a las estanterías de libros desconocidos, entre historias increíbles, otras absurdas, otras influyentes, otras estúpidas… me quedé pensando cuantas cosas no nos dará tiempo a hacer en esta vida, porque por mucho que vivamos, por mucho que bailemos, por mucho que amemos, por mucho que viajemos, por mucho que suframos… nunca lo habremos sentido todo.

Que pequeños somos, y qué grande nos creemos en nuestra minúscula, casi imperceptible, porción de mundo…

Dejad de leer esto y salid a disfrutar. No hacemos más que desaprovechar momentos de aprender, de sentir, de soñar, de cantar, de conocer y vivir.

martes, 2 de agosto de 2011

Esperando

El tiempo, Dios de dioses,
Rey de reyes,
Dueño del viento,
Corre incesante a su ritmo,
No se para un momento.

El tiempo nos dice
Quienes somos, quienes seremos,
Quien hemos sido en un pasado,
Siempre eterno.

No tiene amo, ni dueño,
Sólo tiene esclavos en su reino.
Tiene minutos, horas, segundos,
Tiene meses, días enteros.

Todo lo que ansiamos,
Lo posee siempre el tiempo,
Y lo va entregando
A su antojo, sin quererlo.

No avisa, ni llama,
Cuando asiste a tu entierro.
No actúa con prisas,
Nadie puede detenerlo.

Nos da y nos quita,
Cuando llega el momento.
No tiene amigos, ni enemigos,
Engulle todo a su encuentro.

No es pasado, ni futuro,
Ni es presente, por supuesto.
Es enorme, infinito,
Es un mal siempre eterno.

No, nunca, siempre,
Va el tiempo a destiempo.
Llega siempre puntual,
Mil relojes dan aliento,
Al momento que esperamos,
Y también al que aborrecemos.

El tiempo, el tiempo,
Siempre y nunca el tiempo…
Nos empuja, nos agobia…
…No llega, y enloquecemos.

Y entre sombras de atardeceres,
Esperamos sin consuelo,
Los desmanes y aventuras
De tiempo afable y resuelto.

El tiempo, que todo lo puede,
Va surcando los caminos.
Hoy espero a que llegues,
Mañana, que te hayas ido…

Y así, entre deseos y anhelos
Va mi tiempo trascurriendo,
Dudando, amando, corriendo…
Sin tener nunca lo que quiero.

Orgullosos de ser extremeños

Cada vez que salgo fuera de viaje me doy cuenta de una verdad universal, y es que yo, que me quejo de mi mala suerte en mil aspectos, sin embargo he nacido teniendo suerte, pues he nacido en Extremadura.

Extremadura es un tesoro paradisíaco. Cuanto más la conozco más me enamora. Es increíble sus paisajes, su historia, sus monumentos, pero sobre todo su gente. Vayas donde vayas encuentras el calor humano que en otros sitios, en ocasiones te niegan. Los extremeños somos confiados por naturaleza. Nos gusta conocer y acoger a gente nueva. Creo que es la comunidad española más tolerante. A todo el mundo le gusta volver a Extremadura.

Lo que más impresiona es la gente mayor con todas esas historias vírgenes. Al fin y al cabo la extrema dureza de sus tierras ha labrado personajes únicos.

El sitio donde mejor se come de España, digan lo que digan: Los pimientos de La Vera, las cerezas del Jerte, el vino Rivera del Guadiana, y de allí mismo los tomates, la torta del casar, el queso de Llera, el aceite de Fuente de Cantos, el jamón de Monesterio, y muchísimas otras cosas que me quedo por el camino.

Extremadura es el único lugar del mundo que tiene una playa con bandera azul, sin tener costa. Cazurro todo aquel que no conozca esta tierra, porque no sabe lo que se pierde. Las ancestrales tradiciones mezcladas con las chanzas actuales. Grandeza en puro estado, que esperemos se mantengan vigentes por muchos años.

Parecen haber puesto Extremadura en España para dar paz y sosiego a la alterada vida de los que no han tenido la suerte de nacer en ella, para contactar con la tierra que se nos olvida que existe cuando vivimos en Madrid.

Extremadura es para ver, y oler, y comer, y amar, y charlar, pero pausadamente, sin prisas, saboreando cada uno de los mil colores que representa.

Sí señor!!!! He tenido mucha suerte.