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sábado, 31 de marzo de 2012

Aplastante filosofía de un niño de siete años

Ayer estaba en uno de esos días en que se te cae la casa encima. Pensaba que no podía hacer nada para mejorar mi situación actual. ¿Qué puedo hacer yo, si no soy nadie? Entonces, no sé por qué me acordé de una conversación que tuve una tarde estival, de calor bochornoso, en la que toda la familia estaba dormitando en el sopor de la siesta en sus respectivas habitaciones, y yo aproveché el momento de soledad para darme un baño y tomar el sol en la piscina que todos los años montamos en el huerto de mi casa para el disfrute de los pequeños (y de los no tan pequeños). Entonces mi sobrino Roberto, cuya ansia por vivir la vida no le permite disfrutar de la siesta, se metió conmigo en la piscina y me dijo:
- ¿Sabes tía que yo he inventado el agua?
- Ahh, ¿si?, le contesté sin hacerle demasiado caso.
- Sí, pensé que sería interesante inventar algo para jugar y refrescarte en verano y entonces inventé el agua. Pero no te creas que sólo inventé el agua, sino que también he inventado todo lo que tiene que ver con el agua.
- Por ejemplo, ¿qué?
- Pues todo: las piscinas, los flotadores, la colchoneta esa en la que ahora estás tú tumbada, también la inventé yo.
- ¿No me digas? Pues que gran invento., le seguía yo la corriente.
- Ya lo sé. También inventé el pozo, para poder llenar de agua la piscina.
- Buena idea.
- Y también inventé el hielo. Claro que para inventar el hielo, tuve antes que inventar el congelador.
- Claro.
- Y después inventé los polos de sabores y después el helado. ¿Y sabes también qué he inventado?
- ¿Qué?
- El mar, por su puesto. Pero el mar al principio estaba quieto y no se movía, y pensé que debía inventar entonces las olas, así que metí mis manos en el mar y lo removí así con fuerza y entonces inventé las olas.
Mientras me explicaba esto, ejemplificaba el acto, metiendo los brazos en el agua de la piscina y removiendo con tal fuerza, hasta provocar un pequeño oleaje que casi me hace volcar de la colchoneta.
- Pues sí que estás tú hecho un buen inventor, le dije mientras me recomponía encima de mi, hasta entonces, plácido acomodo.
- Pues sí. ¿Y sabes también qué me he inventado?
- ¿Más?
- Sí, la lluvia la he inventado yo, porque un día pensé que el agua de la tierra se podía acabar y estaría bien que de vez en cuando lloviera para que se volviera a llenar la tierra de agua y llenar las piscinas. Además yo puedo hacer que llueva siempre que quiera, sólo tengo que cerrar fuerte los ojos y pensar que llueva, y entonces empieza a llover.
Hasta aquí llegó la cosa. Me incorporé de mi colchoneta y le dije:
- ¿No crees que eres un poquito mentirola?
- Noooo, bueno… aunque en mi colegio de Logroño me decían Roberto el mentiroso…, ummm, pero eso era por otra cosa… lo que te estoy contando ahora es todo verdad.
- ¿Entonces es verdad que puedes hacer que llueva?
- Sí.
- ¿Ahora mismo?
- Sí, claro.
- Pues hazlo.
Y me respondió muy convencido:
- Jo, tita, es que a mí no me apetece que llueva ahora, que estamos aquí tú yo tan agustito, conversando…

Ayer recordé esta historia y no pude más que reírme. Si mi sobrino de siete años puede hacer que llueva, ¿qué no puedo hacer yo…?

jueves, 29 de marzo de 2012

En el nombre del hijo

Qué difícil es poner nombre a un hijo. Sobre todo por eso de que el nombre, según dicen (y yo discrepo), marcará la personalidad del futuro hijo. Estamos seguros de que queremos que nuestro niño sea el más guapo, el más listo, el más deportista, el más compañero y generoso… vamos, que sea el dechado de virtudes que no hemos sido capaz de ser nosotros… Pero vamos a pensar por un momento con la cabeza bien fría: ¿De verdad queremos que nuestro niño sea el más listo? O sea, el empollón de la clase, un bicho raro del que los demás niños se mofan en el recreo, el “pollito” en el partido de fútbol del recreo (o en cualquier otro juego), el “gafitas cuatro ojos capitán de los piojos”? O imagínate por un momento que es el más guapo. En tal caso, has de saber que cuando esté en plena pubertad, (esa edad odiosa de cambios físicos y metafísicos), tu pequeño, tan bonito, probablemente se convertirá en un mini personaje chulesco, que colecciona novietas a las que, con sólo quince años, rompe el corazón sin, por ello, perder el sueño, sin sentimiento, ni sensibilidad alguna. (No es que sean malos, es que la sociedad los hace así) ¿Y si en vez de un niño fuera una niña? Piensa por un momento qué pasaría cuando tu princesa de quince años sale con su pandilla para hacer botellón, (o vete tú a saber qué, por que “botellón” es un término acuñado desde hace menos de 15 años, que todos sabemos qué significa, pero quién no te dice a ti que de aquí a dentro de otros 15 años no se invente otro término, como el “pastillón”, que os podéis imaginar lo qué significa). Bueno, pues eso, imagina por un momento a tu pequeña princesa por ahí, sabiendo, a ciencia cierta, que es la “tía buena” de la pandilla, diciéndote: “No pasa nada, mamá, todos mis amigos hacen pastillón. Ya acudiré el lunes…!!!” ¿Y qué tal si tu niño fuera muy buena persona, generoso y compañero? Pues viendo lo aprovechados e interesados que son los chicos de hoy en día, seguro que tu niño sería el tonto de turno, del que los demás se aprovechan. El que se deja copiar en los exámenes, el que reparte la paga con sus amigos, el que se lleva la culpa por pecados ajenos… ¿Y si fuera un superdeportista? Bueno, en tal caso el Real Madrid se lo llevaría con tan sólo diez o doce años para su cantera y lo perderías de por vida. Se convertiría en un materialista, superficial y engreído. Pensándolo bien, esta no es tan mala opción, así que ya sabéis inminentes futuras madres, si tenéis un varón colocarle un balón en los pies desde antes de que empiece a andar. Hoy por hoy es la mejor opción. Si, por el contrario, es chica, rezad porque os salga lista…

Ay, Dios, qué difícil desde antes de nacer...

martes, 27 de marzo de 2012

Me das la vida

Sonrío cuando me despiertas por la mañana con una dulce caricia y tu calor, y entonces sólo deseo que me acompañes durante el largo día, envolviéndome en abrazos interminables y besos apasionados. Cuanto te he echado de menos este invierno. Contigo soy otra persona y no me canso de tu compañía. Me das la vida y me la quitas siempre que, cobarde, te escondes entre nubarrones de interminables tormentas, pero me la vuelves a dar al pasar la tormenta, porque siempre pasa, apareces de nuevo, tímido, casi avergonzado y poco a poco te vas imponiendo hasta caer todos rendidos a tu presencia. Me embelleces siempre, pegado a mí, formando parte de mi propia piel y ensombrezco en tu ausencia, desapareciendo la alegría que traes contigo. Eres fiesta, amor, lujuria y deseo.

Te necesito, querido Sol, porque me das la vida…

viernes, 23 de marzo de 2012

España

En un país en el que se atropellan las justicias, se apalea al desarmado, se silencia al pueblo, se ignoran los derechos, se humillan las virtudes mientras, como imbéciles, se aplauden los defectos, se apoya al corrupto, escupen los decretos que defienden al pobre y amparan al obrero. En un país en el que la voz de uno suena por encima del viento, acuchillando los avances que la historia ha ido imponiendo En un país que se duele, que llora, que grita ignorado, las injusticias que ante sus ojos se están cometiendo a diario… ¿Qué se puede decir de un país abandonado, en el que la mayoría tiene suficientes conocimientos para saber hasta qué punto son graves los crímenes que se están cometiendo? Y aún a sabiendas de que lo visto es solo el comienzo, España, que somos todos, patrón y obrero, derecha e izquierda, Madrid y Barça, capitán y marinero, no quiere ver el desprecio con el que se trata a su gente, a sus ciudadanos, a su pueblo. Hay algo más que un sentimiento de indignación e impotencia, que impera estos momentos, inundando todo de tristeza. La pasión del español está decayendo, aniquilada poco a poco, por la de otros más extremos. España quedó muda un invierno, y ahora añora no haberse quedado ciega y sorda y muerta, para no ver pisoteadas aquellas batallas ganadas que heredaron del sacrificio de padres y abuelos.

No queda mada, más que dormitar durante este mal sueño o huir lejos, como ya antes otros hicieron.

jueves, 22 de marzo de 2012

Como cualquier adolescente

Recuerdo el día en que viniste al mundo y la emoción que sentí al tenerte entre mis brazos por primera vez. Eras tan pequeño, tan indefenso… te había adivinado de todas las maneras del mundo y de ninguna. ¡Cuántos planes tenía para ti! La gente me paraba por la calle para decirme lo bonito y lo gracioso que eras. Todos querían verte la carita de niño malo y reírse contigo. Decían que ibas a llegar muy lejos.

Ahora sin embargo, la cosa es bien distinta. No sales de casa, no haces nada, no te encuentro salida, me haces gastar mucho dinero y no me das más que problemas mientras que yo me paso el día pensando en tu futuro.

Ya sé que las cosas no van bien, que es muy difícil buscarse un hueco ahí fuera, que hay muchos y mejores que tú en las mismas circunstancias, pero eso no debe echarte atrás. Quizás tú no tengas la culpa de todo lo que te sucede. Yo admito mi responsabilidad. Sé que no lo he hecho todo bien y te he fallado en algunos momentos. Perdóname, es justo lo que nos pasa a las madres primerizas que un día sin esperarlo se enteran de que están engendrando una criatura dentro y no se dan cuenta del nivel de responsabilidad al que se enfrentan de por vida. No te cuidé demasiado. Apenas pensé ni en tu nombre. Tampoco yo sabía nada de esto antes de que tú aparecieses en mi vida.

Estoy desesperada, ayúdame a seguir adelante, porque sinceramente no sé que voy a hacer contigo, y ahora mismo eres lo único que tengo, mi queridísimo libro. Tú y yo solos ante el mundo, mientras que el mundo parece girar en contra de nosotros. Seguiremos luchando hasta donde lleguemos.

miércoles, 21 de marzo de 2012

La primavera no me altera

¡Por fin primavera! Los días son más largos, los árboles florecen tras las heladas del frío invierno, volvemos a ver color en las calles, en los escaparates de las tiendas, en los rostros de quienes felices pasean por el pueblo. El calor poco a poco irá entrando en nuestro cuerpo, alterando los sentidos. Vuelven las sonrisas, las giras y ferias… Sin embargo yo estoy demasiado negativa para ver el lado positivo de la belleza que la primavera acarrea. Vuelve la primavera, estación endemoniada para los alérgicos. Vuelven las flores y con ella los insectos, que para mí se traduce en picadura, ronchas y salpullidos. Viene lento el calor, y el obligado cambio de ropero, y ahora chicas, nadie podrá ocultar esos kilitos de más que pusimos este invierno, con la complicidad de capas y más capas de toneladas de gruesa ropa. Ahora no hay cómplice que oculte nuestro pecado capital. Las piernas quedan al descubierto, libre de medias asfixiantes que dejan ver el lastimero casi enfermizo color nuestra piel. Las elegantes piernas enfundadas en espuma negra se convierten en dos lánguidas, blanquecinas piernas, llenas de picaduras y de pelos que, ahora sí, deberemos quitar cada 15 días.

Los días son más largos y de esta manera nosotros, los parados, gozaremos de unas cuantas horas más de luz solar para darle vueltas y vueltas en la cabeza a qué hacer con ese gran excedente de tiempo y morir preguntándonos qué va a ser de nosotros.

Vuelven los escaparates inundando color, que algunos no podemos ni pararnos a mirar, mientras desempolvamos los colores de otros años pasados, rezándole al cielo porque la moda no haya cambiado, o incluso más importante todavía, porque sigamos entrando en la misma talla.

Vuelven las mismas fiestas, giras y ferias que otros disfrutarán… y las sonrisas quedaron perdidas en los confines de la felicidad.

Definitivamente este año la primavera no me altera.

lunes, 19 de marzo de 2012

No sé lo que quiero

Nunca me sentí más fuerte, y a pesar de ello, soy tan vulnerable… todo lo que deseo es tan sencillo. Todo lo que amo está tan cerca. Todo lo que sueño es tan simple, tanto que no tengo lo que deseo, ni lo que amo, ni lo que sueño. Seria mejor tener sueños inalcanzables, para que por una vez en la vida, por una sola vez, mi insatisfacción fuera merecida. Y mientras la vida no me da más que salud, yo la maltrato por ser lo único que tengo. Ya no entiendo nada de mí misma. Ya no me comprendo. Si me esfuerzo y no lastimo, no será suficiente esfuerzo. He ahogado mis penas muchas, en alcohol barato. He maldecido a mi suerte y ahora lo estoy pagando. El mundo es tan pequeño, tan pequeño y anticuado, que siguen siendo los pesares los mismos que tuvo antaño, una tras otras, las mujeres de mis antepasados. Quiero pan y una isla y un amor apasionado. Quiero miles de fantasmas que no existen sin milagros. Quiero un mar y una brisa y un verano tras verano. Quiero un sol y una luna y un saber endiablado. Quiero y no puedo tener lo que tengo, que lo tengo aparcado, por si un día no lo quiero.

miércoles, 14 de marzo de 2012

No es que sea fea, es que todos a mi alrededor son demasiado guapos.

¿Y qué si soy fea? Hay cosas más importantes que una simple belleza física. Hay otros por ahí que son tontos, y lo saben, y no por ello se sienten menos que los demás, siempre y cuando tengan un buen torso o una bonita sonrisa que mostrar al mundo. Los feos estaremos de moda algún día. Los feos triunfaremos en el futuro, o incluso en el presente. Bill Gates es feo. Pero feo, feo, y sin embargo… no son pocos los que le envidian. Gabino Diego, mi actor favorito, es feo. Picasso era feo, Bárbara Streisand, Lucía Etxebarría, Leonel Messi, Rajoy es feo, feo y bobo, y sin embargo mira, ahí lo tienes, presidente del gobierno. ¿Quién dijo que para triunfar en la vida hay que tener un bonito molde? Semejante tontería. Yo soy fea, y a mucha honra. Soy una fea que tiene una familia bonita, un novio bonito, unos amigos bonitos… Quizás ese sea el problema. Claro!! No es que yo sea fea, sino que las personas de mi entorno son demasiado bonitas. No llego al nivel.

Hay veces que vemos una pareja descompensada en belleza y pensamos “¿qué puede tener el feo para merecerse al guapo?” Por qué no podemos pensar por un momento “¿qué tendrá el guapo para merecerse al feo?” Somos crueles con nuestra especie. En fin, que yo en cosas de amor siempre pensaré que cada cual tiene lo que quiere, o en su defecto, lo que se merece. Por ejemplo, yo que nunca he hecho daño a nadie (al menos no conscientemente), que me he portado bien con la gente de mi alrededor, que he ayudado siempre que he tenido la ocasión de hacerlo, la vida me ha premiado poniéndome al lado a un hombre hermoso, deseo de cuantas féminas divisen su porte y elegancia. Ahora estoy segura de que ha sido un premio por mi buen hacer. Él, sin embargo, quizás se haya portado muy mal en la vida, y al final lo que ha obtenido soy yo. Esto es lo que hay… O quizás sea al revés… No sé que opinarán los demás al respecto, ¿crees que te mereces a la persona que tienes al lado?, ¿crees que ella o él te merece a tí?

lunes, 12 de marzo de 2012

Huelga

Anoche iba camino de Sevilla en el coche con mi medio limón, escuchando las (nada alentadoras) noticias sobre la economía de nuestro país y los pormenores de la huelga general que se está tejiendo en contra de la reforma laboral. Sorprendentemente, nunca había habido una aceptación tan masiva de una huelga general por parte del pueblo como en este momento, sin embargo, muchos trabajadores, la mayoría, confiesan que no secundarán la huelga. ¿Cómo puede ser esto? Por miedo. En estos momentos los españoles desayunamos miedo casi a diario. El miedo que ya existía por parte de los parados, por no encontrar trabajo, se suma ahora al de los trabajadores por perder el que tienen. Y es lógico, pues si algo está más que claro en este país es que cualquier cosa puede suceder, y nosotros, los pobres, siempre nos ponemos en el peor de los casos. Así que puede, perfectamente, darse el caso de que cuando más motivos tiene la gente para manifestarse, menos lo haga, gracias a ese miedo.

A mí me gustaría ir a la huelga de trabajadores, pero como no soy trabajadora…, me pongo en huelga de ideas. Voy a tomarme un día sabático de no pensar, como protesta a la situación político- económica actual. Ya sé que mi huelga va a traer muy pocas repercusiones, por no decir ninguna, y es que, al fin y al cabo, parece ser que somos muchos los que últimamente estamos en constante huelga intelectual. La mía no afecta a nadie, pero sí la de tantos y tantos antiguos justicieros que hay ahí fuera, profesores, académicos, jueces, instructores… gente que lucha día a día con o contra el sistema y que últimamente parecen estar en huelga de valores, valor y fuerza. Que vayan a la huelga los empleados de banca en contra de los abusos que sus empresas financieras cometen contra el pueblo. Que se pongan en huelga los funcionarios contra sus propios gobiernos, corruptos y autoritarios.

Yo hoy estoy en huelga, no voy a pensar más porque me da dolor de cabeza, porque cuanto más piensas más infeliz te vas haciendo, porque pensar no trae nada bueno, porque es mejor actuar. Pero, ¿qué pasaría si todos dejáramos de pensar por unos días? ¿Os imagináis a todo el mundo actuando según sus instintos, como animales? Sería divertido verlo, aunque sea por un momento. Pero la vida no son un montón de momentos divertidos. Si fuera así, la diversión no existiría, pues sería la norma. En fin, que ya estoy pensando, y no quiero.

Queda clausurado este blog, por falta de ideas emotivas e innovadoras y por falta de motivación, hasta próximo aviso.

jueves, 8 de marzo de 2012

A la mierda Murphy

Hoy se me ha caído la tostada, y la mantequilla ha quedado en la cara de arriba. Hoy, que no esperaba nada, he tenido alegría. Hoy las leyes de Murphy se caen por las escaleras. Hoy cambio una sonrisa por mil penas. Hoy estoy tranquila y serena. Hoy las cosas son tan sencillas como parecen. Hoy el tiempo está en su sitio y las cosas no tienen por qué ir mal. Hoy no hay problemas sino soluciones. Hoy todos somos ingeniosos, no sólo los tontos. La imperfección es parte de la vida y la naturaleza no tiene predicción por los infortunios. Mañana no va a ser peor de lo que fue ayer. Me encuentro bien y no, no se me va a pasar. Los sucesos fortuitos ya pasaron todos juntos. Nada puede salir mal, porque ya han salido mal antes. Las tareas cotidianas son demasiado difíciles como para ser simples. Y ¿por qué?, porque he dejado de tener un simple martillo, y todo lo demás ha dejado de parecer un clavo. Tengo una completa caja de herramientas que iré incrementando con el tiempo, con lo cual, todo estropicio tendrá su correspondiente herramienta para su corrección.

lunes, 5 de marzo de 2012

Todo viene de vuelta

Dicen que errar es humano y yo creo que debo de ser muy, pero que muy humana, estúpidamente humana, diría yo… Lo que no se puede negar es que todo, absolutamente todo, viene de vuelta en la vida. Y de qué manera… Zorra, vieja y sabia la vida, paciente rencorosa, sabe esperar el momento oportuno para obligarte a poner la otra mejilla. Recuerdo como si fuera hoy aquel día glorioso, cómo aquel regalo divino, en forma de cartera de piel natural, repleta de tarjetas, documentos y un fajo de billetes de los cuales entonces yo no sabía ni su valor, debido al reciente cambio monetario que padecimos en aquel 2002, que ya está algo lejano. Entonces tomé mi regalo, pagué mis deudas y dije: “!Gracias Dios!”, y me reconcilié con el ser supremo, que tan abandonado me había tenido durante los años anteriores, pues me creí recompensada por los males sufridos. ¡Cómo disfruté de ese regalo material que Dios puso en mi camino! (¿Recuerdas Javi?).

Ahora, sin embargo, ¡maldito Dios!, me llega la hora del pago, con su debido incremento del IPC de los diez años pasados desde entonces. Sólo espero que, ya que no falta gente en estos momentos que lo esté pasando mal, mi cartera haya ido a parar a manos de algún desamparado que goce de este regalo divino tal y como yo lo gocé en mis tiempos. Y quiero recordar que yo, aquel día, me aprovisioné de lo que necesitaba (el dinero) y entregué la cartera tal cual estaba, en un buzón de correo. Espero que el individuo que ahora se encuentre disfrutando de los 300 € que tanto me costó ganar, haga lo propio, más que nada, por el inconveniente de tener que sacarte toda la documentación nueva y por recuperar las fotos de mis seres queridos y alguna que otra nota de gran valor sólo para mí.

En fin, afortunado desconocido, quiero decirte, para que lo sepas, porque es cierto como la vida misma, que disfrutes de los bienes materiales que te han sido puestos en el camino hoy, porque mañana, o pasado, o el otro… lo pagarás. No sé cuando ni cómo, de eso ya se encargará la zorra, vieja, sabia y rencorosa vida.

viernes, 2 de marzo de 2012

la lucha diaria

¿Qué me hará diferente?, ¿cuál será el detalle?, ¿qué debo cambiar? Lo único cierto es que cuanto más preparada está una persona para algo, más dudas tiene sobre su propia preparación. Recuerdo cuando tenía veinte años y me comía el mundo a grandes bocanadas de fanfarronería barata, porque no era más que una niñata ignorante, ilusa (¡qué maravilloso!!) y entusiasmada con una realidad que no existía más que en mi cabeza. Cuántas veces habremos dicho “si yo hubiera sabido esto antes… ” sin darnos cuenta de que si hubiéramos sabido todo antes, no nos habría pasado nada interesante. La vida carecería de sentido lógico, sería tan simple como recorrer un sendero mil veces recorrido. Aquello de lo que nos quejamos es realmente lo que nos hace felices, pues es eso, precisamente, lo que nos falta, por lo que luchamos incesantemente.

Un día sin lucha es un día perdido, y nosotros, pequeños soldados de un gran ejército, seguimos luchando , aunque las armas nos sean arrebatadas, para alcanzar los sueños que ya lograron conquistar unos cuantos pobres desgraciados.

Quien no tiene nada, lo tiene todo por conquistar. ¡Qué maravilloso contradecir para los que ansiamos un mundo entero de emociones!

Sigue luchando cada día con la alegría de saber que mientras haya lucha habrá alegría.

jueves, 1 de marzo de 2012

Soy única e irrepetible (idética a todos mis semejantes)

Es cierto. Hay veces que parece que el universo infinito esté predispuesto de cierta manera para que algo te ocurra a ti y nada más que a ti. Mucho más aún. En ocasiones, en nuestro afán de protagonismo, nos creemos los elegidos: Vemos una oferta de empleo, leemos los requisitos a cumplir y pensamos, “este trabajo está hecho a mi medida”. Si te vas a casar, el día que la novia se compra el traje dice: “!Ya tengo el traje, parece que me lo hubieran hecho a media, era justo lo que quería!”. Buscamos un piso y justo vemos uno que “era el nuestro”, escuchamos una canción que nos hace sentir cosas y “es nuestra canción” porque realmente parece que un día alguien que me conoce mucho la compuso. Y no digo cuando conoces a la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida, “es justo lo que yo quiero”… Este acto de egolatría, de creernos reyes por un instante, no hace más que acentuar lo iguales que somos todos. Seguro que miles de personas pensaron lo propio al ver la misma oferta de empleo, al probarse el mismo vestido de novia, al entrar en el mismo piso, al escuchar la misma canción, y, por su puesto, al conocer a tu mismo novio… Pero bueno, esto no es una propuesta firme de celos. Yo, gracias a la vida, ya superé eso hace años (son las consecuencias de tener un novio rabiosamente atractivo). Lo digo porque ayer mismo llegó a mis manos, gracias a una amiga (Princesa), una buena oportunidad para una escritora novel como yo, y, leyendo todos los requisitos y menesteres que precisaba el concurso, yo era, sin lugar a dudas, la persona que están buscando para premiar con tan suculenta beca. Cumplo a rajatabla los pormenores de tan exhaustivo concurso y, siendo franca, supongo que, al igual que yo, habrá otros cientos de miles de talentos ocultos que ansían ser descubiertos, pensando lo mismo.

Ahora que me doy cuenta de lo vulgar de mi excelencia, sólo me queda decir, una vez más: ¡Que haya suerte!